jueves, febrero 10, 2011

De sueños y realidades

Existió en un reino muy lejano al mío, una bella princesa, su belleza era sin igual, su sonrisa iluminaba como el sol de medio día, la tristeza se escondía xq en su corazón no había lugar para ella. Siempre la veía sonreir, siempre le gustaba jugar, correr libre por el campo y soñar que volaba, su deseo era tan fuerte que el mundo que sólo existía en su imaginación empezó a formarse frente a sus ojos, ya no era sólo su realidad, ahora yo también yo lo podia mirar.

Su secreto ya no era sólo de la bella princesa, ese día lo había compartido conmigo...

El mundo que creaba su imaginación era maravilloso, grandes mariposas azules que reflejaban el cielo y podian alcanzar las nubes, hermosos corseles que cabalgabamos juntos más allá del horizonte, el campo florecia bajo sus pies y lluvia danzaba cuándo estábamos juntos. Mí felicidad a su lado era tan grande tome el calor del fuego y la frescura de brisa del mar,  la bondad de la nubes y la fuerza del relámpago para dar vida un hermoso gato de rayas como relámpagos, de piel suave y abrigada como el fuego y la brisa, y de ojos grandes para cuidarla en mí ausencia.

El tiempo pasó y mí mundo se  confundió junto con el de mí bella princesa, ya no éramos diferentes éramos un nuevo mundo.  Y así pasó otro tiempo. Un tiempo que no lo puedo llamar días o meses o años o segundos, porque el tiempo de los sueños no tiene nombre sólo existe y lo vives como el sueño que es.

Luego de este tiempo en el mundo que habíamos creado apareció una pequeña sombra a lado de la rosa azul que juntos le dimos vida, en un comienzo nadie la noto, pero conforme crecía el color de los sueños se iba tornando gris, y el corazón de la joven se apagaba cada a cada momento y con eso apagaba el mío. Sentí tanto miedo de perder la llama del amor que sentia por ella, que empecé a alimentar el fuego de mí corazón, siempre lo cuidaba y mantenia encendido mí amor por ella. Muchas lunas pasaron pero cada vez el fuego en mí era más dificil de controlar y la llama en el corazón de la princesa se extinguia más y más, hasta que un día ya no brillaba y su corazón se comenzó a enfriar, las aves ya no volaban, sólo las podias ver caminar, todas las flores y jardines cerraron sus hojas y petalos para no despertar al amanecer, ya no hubo luna nueva, y la lluvia que siempre nos acaricio con su frescura se convirtió en lágrimas.

La tristeza que encerraba a mí bella compañera la había vuelto más fuerte le había dado un corazón que ya no podia ser herido pero que tampoco le permitía brindar su luz, mis lágrimas no pudieron romper la roca que lo protegia, así que intente darle mí amor que tenia guardado en mí corazón pero éste se encontraba rodeado de fuego que cuándo yo intentaba acercarme sólo la lástimaba más. Me encontraba perdido, no sabia que hacer, en mí afán por proteger mis sentimientos hacía ella, la había alejado de mis sueños y había puesto un muro de fuego en su entrada. Así el mundo que soñamos juntos se marchito y su sonrisa desaparecio. Yo me sentia sólo y sabia que ella también lo sentia, en un comienzo podia abrazarla y estar a su lado pero después las llamas de mí corazón la empezaron a lástimar y cada herida le volvía su corazón más duro, el mundo desaparecio y volvió a dónde nació a los sueños dónde todo comenzó.

La princesa creció y olvido al príncipe, en su mundo de sueños guardo una mariposa azul que ya no vuela entre rosas rojas y una flor  de cerezo que ha perdido su color. El gato que una vez le regalo su amado príncipe a dejado de maullar ahora sólo mira a la bella joven y la acompaña por siempre a su lado, es el guardián de sus sueños y de su  vida,  pero en las noches de luna llena el gato que ha dejado de maullar deja al cuidado la princesa a la mariposa azul y a la flor de cerezo para escaparse e irse hasta un reino muy lejano dónde vive un príncipe sin reino con un corazón de fuego para contarle sobre su  bella princesa al príncipe cuándo está dormido como está ella y llevarle de regreso ese beso y abrazo que no pudo nunca volver a darle.