Cuando apenas te enamoraste, te resultaba bastante natural ser reflexivo... Pasabas horas soñando con tu ser amado, te prenguntabas que estaria haciendo, ensayabas cosas admirables para decir y luego disfrutar los dulces recuyerdos de los momentos que pasaban juntos. Confesabas con sinceridad:
no puedo dejar de pensar en ti
Al pasar el tiempo las chispas del romance se consumen hasta transformarse en brasas grisaceas, y la motivación para la reflexión de enfría. Poco tu atención se vuelca hacia tus amigos, a tus problemas, a tus deseos personales, a ti mismo. Luego de un tiempo, comienzas a ignoras las necesidades de tu pareja sin darte cuenta...
El amor nunca se satisface si no es por el bien de los demás. No puedes actuar con verdadero amor y con egoismo al mismo tiempo. Elegir amar a tu pareja hará que digas no a lo que quieres para poder decir si a lo que el otro necesita....
Además el amor trae una alegría interior. Cuando le das prioridad al bienestar de tu pareja, hay una satisfacción que las acciones egoístas no pueden copiar. Es un beneficion que Dios cró y lo reserva para quienes demuestran amor en forma genuina.
Nadie te conoce tan bien como la persona que te ama. Esto significa que nadie reconocerá con mayor rapidez un cambio cuando en forma deliberada comiences a sacrificar tus necesidades y deseos para asegurarte que los de tu pareja se satisfagan.
El amor es una decisión, no un sentimiento, es una acción que se pone en marcha, no acto reflejo. Elige compromerte con el amor, dile hoy con palabras parecidas a estas TE AMO, ELIJO AMARTE...
Fuente: The Love Dare written by Alex and Stephen Kendrick
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